Perder a un ídolo...

El sentimiento de dolor que ha generado la muerte de Chester Bennington, vocalista de Linkin Park, hizo que mi baúl de recuerdos se abriera para traer a mi mente lo que se siente perder a un ídolo. No importa las razones de su muerte, pero siempre son impactantes. "Chester Bennington, vocalista de la banda de rock Linkin Park, murió a los 41 años en un aparente suicidio, según informó la web especializada en famosos TMZ, que cita fuentes policiales", así detallaba la nota publicada por la agencia EFE. En mayo de 2006, el mundo de la música latina se estremció con la noticia de la muerte de Soraya Raquel Lamilla Cuevas, quien luchó muchos años contra el cáncer. Para ese entonces, ejercía como periodista de farándula, ese día creó que me tocó plasmar la noticia en el diario. La verdad, es que no lo recuerdo bien, pero lo que sí tengo claro es que la triste se apoderó de mí, incluso hubo lágrimas. Ella fue una mujer que me impactó, tal vez más porque tuve la oportunidad de conocerla y ver de cerca su carisma, su humilidad y su entrega al público. Eso fue en 2004, el 25 de octubre para ser exacta. Desde que le fue diagnosticado el cáncer de mama, Soraya se convirtió en una activista para promover los exámenes y también en grupos de apoyo. Precisamente, esa fue la razón por la que estaba en Panamá, ya que figuraba como invitada en actividades relacionadas al mes de prevención del cáncer de mama. Para quienes me conocen saben que soy una amante de la música y las letras de Soraya me llenaban. Al recordar su muerte, este jueves 20 de julio, busqué aquella nota que escribió cuando la conocí. Todo ocurrió en un conversatorio en la Universidad Latinoamericana de Ciencias y Tecnología (ULACIT), en la cual Soraya interpretó varios de sus temas y compartió sus vivencias como "nieta, hija y sobrina de mujeres que padecieron de cáncer". Fue maravilloso vivir esa experiencia... Gracias!! Al final del día, mi frase de apoyo para uno de los fanáticos de Chester fue: Sé lo que se siente perder un ídolo. Lo bueno es que en estos casos son inmortales, el poder de la música es infinito y lo mejor es que siempre está allí...

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